miércoles, 27 de febrero de 2008

Marianela la nuestra

He visto con verdadero entusiasmo el éxito anotado por Marianela Maldonado en los recién entregados premios Oscar de la Academia norteamericana.. Sus actitudes de buena guionista en una animación de las que integran la versión de Pedro y el Lobo de la directora Suzie Templeton, (ganadora del renglón de Mejor Corto de Animación), así lo señalan, pero el talento y las condiciones de voluntad y tenacidad de esta joven la hacen capaz aún de mucho más.
Conocí a Marianela cuando tenía unos diez años de edad y comenzó a venir a los talleres de La Letra Voladora (antes llamada La Bella Época). Era una niña con sus trajes de lazo atrás, llena de vitalidad, siempre entusiasta y con una capacidad de iniciativa que pocas veces he visto, a través de la historia de mis talleres y cursos universitarios.
Marianela destacaba en el grupo porque cada ejercicio de escritura que proponíamos soltaba para ella una chispa que se convertía en río y de allí al mar.
Su cabeza estaba llena de ideas, emociones e imágenes, construía cuentos con una facilidad inusitada. Cuando todos habían terminado el ejercicio ella seguía escribiendo con una enorme emoción. Pasaban los años y se fue convirtiendo en una adolescente voluptuosa, sin perder nunca sus ansias de invención. Marianela tenía siempre algo que contarnos, que decir, que compartir, leyendo a la vez varios autores, viendo cine, estudiando idiomas, creativa y rebelde, amorosa y participativa, con un sentido del humor a flor de piel, que siempre llamó la atención.
Cuando tenía 19 años y ya estudiaba Periodismo en la Universidad Católica Andrés Bello en caracas, le publicamos un cuento en La Letra Voladora llamado: La felicidad es una pistola caliente, en homenaje al legendario John Lennon , en el cual inventa una máquina del tiempo que sirve de pretexto imaginario para hacer encontrar al famoso con una joven de la época de ella. Con desparpajo inusitado y humorístico quiso que colocáramos una foto de ella con lentes oscuros, emblemática de su momento y de su carácter. Para entonces había ganado un premio en la revista feminista La Mala Vida , con un relato escrito en el taller, titulado: Cenizas del recuerdo, en el cual recreaba la niñez de Negro Primero, en una historia imaginaria en la cual ese niño se enamoraba de la hija de sus amos, dado que era esclavo en una hacienda.
Marianela entonces estaba escribiendo también una novela que titulaba: “Azul de Nicolás”, en la cual recreaba incidencias de la vida (con mucha imaginación) del pintor Nicolás Ferdinandov.
Posteriormente publicó “Anatomía de Bruck Miller” en las ediciones de La Liebre Libre en Maracay, libro con el que había ganado una mención en el Premio Orlando Araujo de Barinas.
Sus estudios de cinematografía en Londres y el largo periplo de 8 años que lleva viviendo en Londres, le han dado una extraordinaria experiencia en el conocimiento de los lenguajes cinematográficos, de lo cual tuvimos una muestra cuando el año 2006 en el Festival de Cine del Zulia “Manuel Trujillo Durán” fueron proyectados tres cortos de ficción suyos, realizados en Europa, como programación especial.
Estos días son extraordinarios para Marianela Maldonado porque no solo está recibiendo un reconocimiento especial a su capacidad creativa y su disciplina tesonera con ese ejercicio de Pedro y el lobo, sino que está por nacer su primer hijo, para lo cual se ha preparado con especial emoción y regocijo.
Desde este lugar del mundo, desde La Letra Voladora, Naguanagua y muy personalmente desde nuestros recuerdos de sus años cerca de nosotros ,en la cotidianidad de los talleres, y el profundo afecto que le tenemos a ella y sus padres, le damos el mejor de los abrazos.
Laura Antillano

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